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Durante la crisis secular que se inició con el siglo 

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expresados en pesos, dólares y oro 

La devaluación/revaluación de las monedas mundiales y especialmente el dólar, es un fenómeno principal de la crisis mundial en curso originada en el COVID.  

El oro alcanzó en julio 2020 su récord histórico de 2000 dólares por onza, cotización que, leída al revés como recomendaban los clásicos, muestra que la divisa estadounidense llegó a perder casi un tercio de su valor y rozar sus mínimos históricos de 2011 y 1980, en las simas de los dos últimos ciclos seculares (gráfico 9). 

Desde entonces, así medido en oro, el dólar se ha recuperado pero sigue bajo su nivel previo al COVID. 

Medido en oro el cobre ha tenido una evolución similar, pero amplificada. Cayó asimismo a su mínimo histórico a mediados del 2020 y desde entonces se ha recuperado, mejorando su relación con el oro, aunque todavía está por debajo de su promedio de largo plazo en esa medida (ver "superciclo") .

Expresados en oro, todos los índices cayeron fuertemente el 2020, especialmente  el peso y bolsa de Chile, así como la cuota AFP, que perdieron un tercio de su valor en oro,  pero todos se recuperon rapidamente, terminando el 2020 con ganancias.

El 2021 los mercados desarrollados continuaron subiendo, pero las monedas y bolsas emergentes se derrumbaron. El 2022 se inició con la fuerte corrección de Wall Street. El cobre y materias primas aún se sostienen pero en curso descendente.

Fin de las Utopías

El gráfico adjunto fue presentado el 3 de marzo del 2009 en el comentario “La Mirada Corta”, que miles de personas en todo el mundo esperaban a diario con ansias para conocer la evolución de la crisis mundial, a cargo de John Authers, entonces editor de mercados del diario británico Financial Times, hoy en Bloomberg, que la ha venido cubriendo cotidianamente de modo magistral.

El gráfico mostraba los tres últimos ciclos largos del capitalismo. Hasta entonces se conocían como “Ciclos de Kondratiev” en honor al economista soviético que los descubrió y en 1925 hizo la predicción más espectacular de la historia de la ciencia económica: nada menos que la Gran Depresión de 1929. En esa nota Authers los rebautizó como “ciclos seculares” y su publicación en el principal diario financiero del mundo los dejó establecidos en el corazón de la teoría económica universalmente aceptada.

Como homenaje a Authers, CENDA ha publicado la serie mensual completa desde 1871. Compilada por el Premio Nóbel Robert Shiller, se presenta en el gráfico siguiente, actualizado diariamente en www.multpl.com

Gráfico 1: S&P500 ajustada por inflación estadounidense, desde Gran Crisis 1871

Fin de Utopías 

Siglo y medio de capitalismo

Wall Street desde 1871 hasta el último día disponible 

El gráfico 1 muestra evolución de Wall Street desde 1871 hasta el último día disponible, medido por índice S&P 500 deflactado por el índice de precios a consumidor de los EE.UU.. Compilado por Robert Shiller y actualizado diariamente en www.multpl.com. CENDA ha agregado la cuota AFP a partir de su creación en 1981, medida en la misma moneda.

Refleja el desarrollo de la economía estadounidense a lo largo de más de 20 ciclos normales de unos siete años en promedio, inscritos a su vez en una trayectoria secular que evidencia al menos cinco grandes ciclos seculares de más de treinta años cada uno, en promedio, iniciados en 1871, 1901, 1929, 1966 y 1999, respectivamente. El primero se muestra tras su caída inicial y último aún está en pleno curso.

Los ciclos seculares se inician con una sucesión de ciclos normales muy violentos y "a la baja", es decir, cada nueva crisis sobreviene antes de alcanzar el máximo precedente. Alcanzado el fondo, se inicia la recuperación secular, una larga sucesión de ciclos cortos "hacia arriba", que no excluye fuerte turbulencias intermedias. Hasta la siguiente crisis secular.

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La serie de S&P 500, compilada por Robert Schiller y actualizada diariamente en www.multpl.com, muestra que ya el año 2014 había superado el máximo de la burbuja denominada "punto com"   que a fines del año 1999 culminó el ciclo secular precedente e inició el actual. Sin embargo, como se muestra más abajo (gráfico 2), Wall  Street se había venido desacoplando del conjunto de los mercados desarrollados, los que hasta el 2020 no habían lograron superar su valor de inicios del ciclo y del siglo. Es probable que el nuevo derrumbe en curso durante el 2020, que afecta especialmente a Wall Street, corrija esta anomalía.

Por otra parte, durante el ciclo secular en curso, los mercados desarrollados nunca han caído hasta los valores que resultan usuales en las simas o mínimos seculares.  Aún en el mínimo de marzo del año 2009, la valorización bursátil de Wall Street estaba lejos de haberse reducido a los valores mínimos de las simas de ciclos seculares anteriores (gráfico 8). 

Hay una importante discusión al respecto, y varios especialistas son de opinión que es probable que la caída en curso el año 2020 deprima las bolsas mundiales y Wall Street a valores similares a los de simas seculares anteriores.

Cuadro 1: S&P500 vs GDP USA vs cuota AFP, en ciclos seculares desde 1871
Bolsas mundiales desde 2000: cuadro S&P vs GDP

Fin de Utopías 

Índices bursátiles crecen menos que el PIB

en el largo plazo 

Wall Street ha crecido menos de 2 por ciento anual y el PIB estadounidense más de 3 por ciento 

Wall Street ha crecido cerca de 2 por ciento anual desde 1871 hasta la fecha. 

El PIB estadounidense ha crecido más de 3 por ciento anual desde 1929, cuando hay registro. En el mismo período el índice S&P500 deflactado por precios a consumidor EE.UU. ha crecido menos de 2 por ciento. 

Asimismo Wall Street ha crecido menos de 2 por ciento anual al tiempo que el PIB lo hacía en más de 3 por ciento, en dos de los tres ciclos seculares del período, iniciados en 1929, 1966 y 1999.  

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La serie de S&P 500, compilada por Robert Schiller y actualizada diariamente en www.multpl.com,  se inicia en 1871 cuando ya se ha precipitado la primera caída de la sucesión que se extendió hasta el fin del siglo XIX. Se la llamó la Gran Crisis hasta ser opacada por la Gran Depresión iniciada en 1929. 

La serie, por lo tanto, se inicia cerca de una sima o punto mínimo, no en un máximo cómo se miden usualmente los inicios de los ciclos seculares (gráfico 8). Por este motivo, el primer ciclo secular que termina en el máximo de 1901, presenta un crecimiento promedio (3,7%) superior al promedio secular cercano al 2 por ciento. 

Algo parecido sucede en el penúltimo ciclo secular, iniciado a fines del año 1966 cuando el ciclo precedente alcanza su punto máximo. Este ciclo se extiende hasta fines del año 1999 y del siglo XX, la víspera del estallido de la denominada "burbuja punto com", debido a las extraordinarias valoraciones que alcanzaron en ese momento las empresas relacionadas con la naciente internet. Sin embargo, dicha burbuja afectó especialmente a los mercados estadounidenses, que se desacoplaron del resto de los desarrollados hacia fines del siglo (gráfico 7). 

Ello incide en el elevado crecimiento del índice S&P 500 a lo largo del cuarto ciclo secular (3,2%), que se extiende de 1966 a 1999. 

Por otra parte, a inicios del 2020, aún después de transcurridos algunos meses del derrumbe bursátil precipitado por la pandemia Coronavirus, el mismo índice aún se encuentra por encima del máximo del ciclo anterior y lejos de alcanzar los valores mínimos propios de todas las simas seculares (gráfico 8). Por este motivo, el promedio de poco más de 2 por ciento anual calculado para el siglo y medio registrado en el gráfico, puede resultar sobreestimado. Habrá que ver cómo sigue el curso de la crisis Coronavirus. 

Gráfico 2: Bolsas países desarrollados, emergentes y S&P500, desde 2000

Fin de Utopías 

Bolsas países desarrollados y emergentes

durante ciclo secular en curso

El gráfico 2 muestra la evolución de las bolsas desarrolladas y emergentes comercio mundiales desde el inicio de la crisis secular en curso. Los índices elaborados en base a www.mscibarra.com se denominan en dólares estadounidenses deflactados por el índice de precios a consumidor de ese país (CPI-USA), con base 100 en marzo del año 2000.

Se incluye en el gráfico la bolsa de Wall Street, que si bien está incluida en los índices desarrollados, se ha desacoplado del conjunto de los mismos en el curso de la presente recuperación, y es la más afectada por la corrección en curso.

Asimismo se incluye el índice de mercados desarrollados sin EE.UU (MSCI World ex USA), que todavía no recupera su nivel del 2000.

Se aprecia el asombroso comportamiento sincronizado de emergentes y desarrollados, en fase amplificada en el corto plazo, pero que resulta a contrafase en el ciclo secular: en la primera década los desarrollados bajan y los emergentes suben, y en la segunda década sucede lo contrario (ver más). 

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Se aprecian los grandes ciclos sucedidos desde el estallido de la denominada burbuja "punto com," a principios del año 2000. Durante el primero de ellos, cuya caída se extiende hasta principios del 2003, las bolsas globales pierden la mitad de su valor expresado en dólares corregidos por inflación. 

Dicha caída afecta por igual a los países desarrollados (índice MSCI World, línea roja) y emergentes (MSCI EM, línea naranja). Todas ellas caen igual que el conjunto de las bolsas mundiales (MSCI AWI,línea azul), que reúne tanto a las bolsas de países desarrollados como emergentes.

El movimiento del conjunto de las bolsas mundiales sigue de cerca el comportamiento de las bolsas de los países desarrollados (rojo), cuyo peso resulta determinante a lo largo de todo el período estudiado.

La recuperación del primer ciclo indicado, se extiende desde principios del año 2003 hasta fines del año 2007, pero sin lograr alcanzar la altura anterior la crisis en el caso de las bolsas de países desarrollados. En efecto, cuando este ciclo alcanza su máximo en octubre del año 2007, las bolsas desarrolladas (rojo) se encuentran todavía un cuatro por ciento por debajo del su valor de principios del año 2000, expresadas en dólares corregidos por inflación. 

Sin embargo, a partir del año 2003, el comportamiento de las bolsas de los países emergentes resulta amplificado durante la recuperación por lo que el economista Nuriel Roubini ha denominado la "madre de todas las burbujas de activos infladas con crédito." Se refiere al abundante dinero inyectado por los bancos centrales de los países desarrollados para evitar una recesión, parte del cual se ha "desparramado," hacia las monedas, bolsas y materias primas, en países emergentes, desde donde suele retirase bruscamente, como describe el Financial Times, que estima este flujo neto en 1,1 billones de dólares por año. El Wall Street Journal  estima coincidentemente que el flujo hacia mercados emergentes acumuló 4,4 billones de dólares entre 2009 y 2012.  Debido al enorme crecimiento de dicha burbuja, el conjunto de las bolsas mundiales logra el año 2007 superar apenas su nivel del año 2000.

El segundo ciclo se precipita con la crisis financiera iniciada en julio del año 2007 y que se manifiesta con toda fuerza el año 2008. En su caída las bolsas mundiales pierden nuevamente la mitad de su valor entre octubre del año 2007 y marzo del año 2009. 

En ese momento, su nivel cae por debajo del mínimo del año 2003 y hasta un 42 por ciento por debajo del máximo alcanzado a principios del año 2000, expresado en dólares corregidos por inflación. Las bolsas emergentes caen más violentamente, perdiendo un 60 por ciento de su valor, sin embargo, no alcanzan su mínimo anterior.

La recuperación del segundo ciclo se extiende hasta enero del año 2018, con una oscilación intermedia importante el 2011, parecida a la ocurrida el 2006, durante la recuperación anterior. Sin embargo, si se miden en dólares ajustados por inflación, a mediados del 2018 todavía no supera sostenidamente sus niveles máximos del 2007 y el 2000. 

Gráfico 3: Bolsas países desarrollados, emergentes y Chile, desde 2000

Fin de Utopías 

Bolsas países desarrollados, emergentes y Chile

durante ciclo secular en curso

En el Gráfico 3 se aprecia que el "burbujazo" de los mercados emergentes alcanza su nivel más elevado a fines del año 2010. Donde mejor se aprecia es en la bolsa chilena que, medida en dólares corregidos por inflación, triplica en ese momento su valor de principios del 2000, elevándose casi doble por encima el conjunto de los emergentes y más de cuatro veces por arriba del conjunto de las bolsas mundiales o de los países desarrollados. 

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Como se aprecia en el gráfico, la distorsión de la bolsa chilena sólo es comparable a la que afectó a los llamados países BRIC, Brasil, Rusia, India y China, hasta el año 2007, impulsados principalmente por este último.

Desde ese momento, la distancia entre los emergentes y desarrollados se ha venido acortando significativamente, a medida que los primeros pierden valor, mientras los segundos continúan su lenta recuperación.

Desde principios del año 2011 hasta noviembre del año 2016 y expresadas en dólares corregidos por inflación, las bolsas de países emergentes han perdido un tercio de su valor, mientras la bolsa chilena ha perdido más de la mitad del suyo. En el mismo período, las bolsas de países desarrollados han tenido un comportamiento plano, puesto que a fines del año 2016 su valor es apenas un 15 por ciento por encima del que tenían a principios del año 2010, y todavía por debajo, en un nivel 85 en una escala igual a 100 en marzo del año 2000.

A pesar de lo anterior, las bolsas emergentes y especialmente la chilena, continúan todavía por encima del promedio de las bolsas mundiales y de las de países desarrollados, por lo cual cabe esperar que la corrección en marcha, continúe. 

Cabe mencionar que los movimientos anteriores afectan simultáneamente a las bolsas de valores y las monedas de los países emergentes, y los índices en dólares corregidos por inflación reflejan la suma de ambos efectos.

Por otra parte, la suma total de los mercados mundiales no se ve mayormente afectada por el burbujazo emergente, puesto que el peso de las bolsas desarrolladas resulta todavía determinante en el conjunto. De este modo, el índice global (MSCI AWI, línea azul) se mueve al únísono de los mercados desarrollados. Como se aprecia en el gráfico, en el punto máximo de la "burbuja" emergente, en septiembre del 2010, el conjunto de las bolsas mundiales se eleva apenas un ocho por ciento por encima del índice de los mercados desarrollados.

El gráfico 3 permite apreciar con claridad el "hiperburbujazo" de la bolsa y el peso chilenos. Chile se despega velozmente del resto de los mercados emergentes a lo largo de los años 2009 y 2010, alcanzando su punto más alto a fines de este último año cuando se eleva 4,6 veces por encima de los países desarrollados. A partir de ese momento, invitablemente, a bolsa y el peso chileno se derrumban en términos absolutos, perdiendo más de la mitad de su valor entre fines del año 2010 y fines del año 2016. En ese mismo período, su distancia con los países desarrollados se reduce desde 4, 6 veces a 1,6 veces.

Gráfico 4: Bolsas países desarrollados, emergentes, Chile y precio del cobre, desde 2000

Fin de Utopías

Índices bursátiles y precio del cobre

durante ciclo secular en curso

El Gráfico 4, que incluye los índices bursátiles y el precio del cobre, ambos medidos en dólares deflactados por el índice de precios a consumidor de los EE.UU., permite verificar que el "complejo emergente", como John Authers bautizó el conjunto de bolsas y monedas emergentes y materias primas, se mueve como reflejo amplificado las oscilaciones de las bolsas desarrolladas, en sincronía y en fase, es decir, suben y bajan al mismo tiempo, en el corto plazo. Pero ello resulta en un movimiento a contrafase, es decir uno sube cuando el otro baja, en los respectivos ciclos seculares.

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Se aprecia que durante los tres primeros años de la crisis secular, los mercados emergentes (línea naranja) caen hasta un quinto más abajo que los desarrollados (línea roja constante, igual a 1), para igualarlos en el punto mínimo de la caída inicial, a fines del año 2002.

A partir de ese momento, se inicia la masiva especulación en las monedas y bolsas emergentes, las que se elevan por encima de los mercados desarrollados hasta más que duplicarlos en el punto más alto de la primera recuperación. De este modo, en octubre del 2007, los mercados emergentes están 2,3 veces más altos que los desarrollados.

Al precipitarse la segunda caída general, los mercados emergentes caen mucho más que los desarrollados, y aunque se mantienen por encima de éstos, la distancia entre ambos se reduce a 1, 7 veces, en el punto más bajo de la segunda caída general, que se alcanza a fines del 2008.

Nuevamente, la segunda recuperación general eleva a los mercados emergentes mucho más arriba que a los desarrollados y el "burbujazo" de los primeros alcanza su máximo a fines del 2010, cuando superan a los desarrollados en 2,6 veces. 

A partir de ese momento, el burbujazo emergente se desinfla de modo espectacular, aunque a fines del año 2016 todavía se encuentran valorizados 1, 4 veces más que los desarrollados, partiendo ambos de una base igual a principios del siglo.

Gráfico 5: Bolsas países  países desarrollados, emergentes, Chile, y CuotaAFP

Fin de Utopías 

Índices bursátiles y cuota AFP

durante ciclo secular en curso

el gráfico 5 muestra que la cuota del fondo AFP ha capeado parcialmente hasta ahora el ciclo secular en curso  trasladando sucesivamente el fondo desde Chile y países emergentes hacia países desarrollados y viceversa

Actualmente se aprecia que la cuota AFP cae simultáneamente con todos los mercados, pero lo razonable es que baje más que los demás mercados para regresar a un equilibrio con éstos, en los cuales el fondo está invertido

Gráfico 6: Bolsas países  emergentes, Chile, S&P500, Cobre / bolsas países desarrollados

Fin de Utopías 

Índices bursátiles cobre y cuota AFP comparadas con mercados desarrollados

durante ciclo secular en curso

El gráfico 6 muestra las bolsas y monedas emergentes, a las que se ha agregado la cuota de los fondos AFP y precio del cobre, divididas por los mercados desarrollados, a lo largo de la crisis secular, a partir de marzo del año 2000. 

Permite apreciar en toda su magnitud el "burbujazo" especulativo que afectó a lo que John Authers ha bautizado "Complejo Emergente", es decir, el conjunto de precios en esas economías que son afectados contradictoriamente por los flujos de capital especulativo desde las economías desarrolladas.

Sólo la bolsa/peso chilenos parecen haber completado su corrección, mientras el resto de los emergentes, la cuota AFP y el cobre continúan aún muy por encima de las bolsas y monedas desarrolladas.

"Desacople" de Wall Street en década 2010 es asimismo notorio, por lo cual corrección es probable.

Gráfico 7: Bolsas países desarrollados, emergentes, Chile y precio del cobre, desde 1969

Fin de Utopías

Derrumbe superburbuja chilena puede no haber terminado

Bolsa y peso chilenos, y precio del cobre, han perdido mayor parte de "irracionalmente exuberante" valor de hace una década, pero puede faltar aún buen trecho por caer 

El gráfico 7 presenta una perspectiva más larga, que abarca los dos ciclos seculares ocurridos desde 1969. Se aprecian las dos montañas de precios del cobre por encima de su promedio de largo plazo, coincidiendo a contrafase con las crisis seculares de economías desarrolladas, en las décadas de 1970 y 2000. Asimismo, su depresión por debajo del promedio en  las décadas de recuperación y auge de éstas en las décadas de 1980 y 1990, y nuevamente el 2020.

Se aprecia que la súper burbuja de mercados emergentes se inicia a fines de los ochenta. Se corrige pero no totalmente en la crisis asiática. Inician el siglo por encima de los desarrollados. Tras su gran subida de los 2000 caen fuertemente en los 2010. Chile, la que más subió, ha perdido tres cuartos de su valor desde entonces.

También se aprecia que  el precio del cobre es muy volátil pero no presenta tendencia a la baja en el muy largo plazo, su tendencia coincide con su promedio. Ello implica que la innovación tecnológica compensa la creciente escasez y su valor real, es decir su costo,  se mantiene. 

Por el contrario, los mercados bursátiles crecen más o menos al ritmo del PIB, alrededor de un 2,5% anual los desarrollados y el doble los emergentes.  

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Una perspectiva más larga, desde la sima secular a inicios de los años 1980 que coincide con la creación de las AFP, revela el sorprendente comportamiento del “complejo emergente”, es decir, monedas y bolsas de países emergentes, y materias primas, respecto de los mercados desarrollados. 

Tal como lo describió John Authers en medio de la crisis subprime, ell comportamiento instantáneo de los emergentes “es un reflejo amplificado” de los mercados desarrollados. Oscilan a cada instante en perfecta sincronía y en fase, es decir, suben y bajan juntos. Sin embargo, la mayor amplitud de las oscilaciones de los primeros resulta sorprendentemente en un comportamiento secular a contrafase. Es decir, cuando las economías desarrolladas caen en crisis secular, las emergentes se elevan al cielo, y viceversa, éstas se derrumban cuando aquellas se recuperan. 

En el corto plazo todos estos precios oscilan en perfecta sincronía y en fase, es decir suben y bajan juntos como reflejo amplificado de los mercados desarrollados (Authers). Sin embargo, la evolución del superciclo del cobre y el ciclo secular de las economías desarrolladas es a contrafase, es decir, aquel sube cuando estos bajan y viceversa, lo que coincide con los flujos financieros desde países desarrollados.

Lo que más llama la atención es que el precio del cobre y todas las materias primas se expanden en forma exuberante precisamente durante la década de crisis secular, cuando el comportamiento de las bolsas y las economías de los países desarrollados atraviesa por una fase de debilidad. La explicación más plausible de dicho comportamiento parece ser que precisamente por las turbulencias de la crisis en los países desarrollados, los capitales que no encuentran espacios de inversión productiva en las economías principales se vuelcan a la especulación en los mercados bursátiles de países emergentes y asimismo sobre las materias primas. 

Ello se comprueba con las series de rentas mundiales que publica CENDA en base a las elaboradas por el Banco Mundial, que muestran su denominado "superciclo", el que presenta enormes "burbujazos" en las décadas de 1970 y 2000, cuando las economías centrales atravesaban por períodos de turbulencias seculares y por el contrario se desploma en las décadas de 1980 y 1990 y nuevamente en la década en curso cuando aquellas se recuperan y alcanzan más tarde su fase de auge.

La burbuja emergente de los 2000 tiene un episodio preliminar que coincide con la creación de los índices MSCI-EM y Chile  a fines de los años 1980 y cae en la crisis asiática. 

Desacople de Wall Street del conjunto de los mercados desarrollados, que lo incluye, se inicia a principios de los años 1990, se corrige parcialmente a partir del 2000, pero se agudiza nuevamente desde el 2012.

En el gráfico se aprecia que la crisis secular iniciada del 2000 en realidad corrige parcialmente el desacople de Wall Street que venía desde la década de 1990 (gráfico 6) y que a inicios del 2000 había alcanzado el máximo de "exhuberancia irracional", como la llamó el entonces presidente de la reserva Federal estadounidense. En la década del 2010 Wall Street se vuelve a desacoplar y ahora se está corrigiendo nuevamente . 

Gráfico 9 : Wall Street y Dólar medidos en oro vs. ocupación asalariada EE.UU.

Fin de Utopías

Dólar y Wall Street expresados en oro vs. ocupación asalariada EE.UU.

Oro, ver más

Como descubrió economía clásica, oro cumple papel de dinero, es decir, producto del trabajo que por lo mismo posee valor en sí mismo y puede expresar el de todas las demás mercancías en el intercambio. Las distintas monedas, en cambio, no tienen valor en sí mismas. Son nombres nacionales de cantidades determinadas de oro. Su cotización en monedas hay que leerla al revés.

Sin embargo, cotización del oro se ve afectada asimismo por especulación, como todas las cosas escasas, pero con particularidades: durante las crisis evidencia su papel de dinero. En tiempos normales oscila junto con el resto de las materias primas y es afectada asimismo por el superciclo de éstas, pero de modo especial. Oscila asimismo en sincronía con mercados de países desarrollados, en fase en el corto plazo y a contrafase en el largo plazo. El comportamiento sincrónico en fase de mercados desarrollados y lo que John Authers denominó  "complejo emergente", es decir, materias primas, bolsas, monedas, y deudas, de países emergentes, significa que los primeros suben y bajan constantemente reflejando las  oscilaciones de los últimos, pero de manera amplificada, es decir, aquellos suben y bajan más violentamente que éstos. 

Pero durante las crisis el oro sube cuando todo lo demás cae. Asimismo, es menos afectado que el resto por la especulación. Permite así expresar el valor de las demás, especialmente en el curso de las crisis seculares.

Tras fin "dólar a 39 pesos" 

Tipo de cambio real ha seguido evolución secular del dólar pero a contracorriente

Ha sido bastante estable oscilado en torno a 725 $/US$, devaluado hasta 1000$/US$ y revaluado hasta 570$/US$, en monedas de hoy

Expresado en oro, leyendo cotización del metal al revés, el peso ha seguido la trayectoria del dólar

Sin embargo, su caída desde 2018 ha sido más severa y se encuentra en su mínimo histórico en esa medida

Corregida la locura del tipo de cambio fijo impuesta por los "Chicago Boys", el tipo de cambio real ha seguido a grandes rasgos la evolución secular del dólar, pero a contracorriente. 

El peso ha tendido a devaluarse a medida que el dólar se aprecia durante las recuperaciones seculares de las economías desarrolladas, y  a revaluarse cuando el dólar se deprecia en las fases de crisis secular.

Peso tiende a devaluarse cuando capitales "golondrinas" regresan a economías desarrolladas al recuperarse éstas de sus crisis seculares, como sucedió en las décadas de 1980/90 y nuevamente a partir del 2011. 

Al revés, peso tiende a revaluarse cuando capitales golondrina bajan a especular al sur durante las crisis seculares de las economías desarrolladas, como sucedió en la década del 2000.

De ese modo, el peso alcanzó su nivel máximo cuando el dólar y las economías desarrolladas toparon fondo a fines de la primera década de este siglo.  

Medidas en oro, en cambio, ambas monedas se encuentran hoy en niveles mínimos.

Gráfico 8: Índices Cobre, Oro, y Cobre/oro vs. Wall Street 

Fin de Utopías

Oro y cobre

Cobre expresado en oro a lo largo de dos últimos ciclos seculares  

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Gráfico 8.1: Dólar, Wall Street y Cobre, medidos en oro

Fin de Utopías 

Wall Street, Dólar y Cobre

medidos en oro

durante últimos ciclos seculares 

iniciados en 1966 y 2000

Sus precios medidos en oro evidencian, entre otros, los siguientes fenómenos:

Fin de Utopías

Mercados mundiales

desde sima secular que coincide con creación del sistema AFP en 1981

Medidas en dólares corregidos por inflación, las bolsas desarrolladas  se  elevaron cinco veces desde inicios de los años 1980 hasta alcanzar la cima de ese ciclo a fines del siglo XX. Luego se derrumban en dos largos tumbos durante la primera década del XXI. Se recuperan en la segunda década y a inicios del 2018 recuperan su valor de inicios del siglo. Desde entonces, sin embargo, han oscilado en torno a ese nivel, sin lograr recuperar todavía un curso claramente ascendente. 

La excepción ha sido Wall Street, que desde el 2013 se desacopló del conjunto de los mercados desarrollados, que lo incluyen, para elevarse actualmente cerca de  un 40 por ciento por encima de éstos. Desde 1981 hasta el 2020, Wall Street muestra el mismo rendimiento que los mercados emergentes.

Los mercados emergentes, en cambio, experimentaron no una, sino dos gigantescas burbujas, desde la creación del índice bursátil respectivo y del concepto mismo, en 1987. 

Entre 1987 y 1997 y medidos en dólares constantes, los mercados emergentes se elevaron al cielo al tiempo que los desarrollados experimentaban un fuerte bache en su recuperación secular iniciada en 1980. A  la inversa, en 1997 los emergentes se precipitaron en la “crisis asiática” y terminaron el siglo un tercio más abajo de entonces, precisamente cuando los mercados desarrollados entraron a su fase de “exuberancia irracional” y duplicaron su valor hasta fines del siglo XX. 

Nuevamente, durante la primera década del siglo XXI los emergentes se elevaron a las nubes mientras los desarrollados caían. Pero durante la segunda década los emergentes se estancaron mientras los desarrollados se recuperaban fuertemente.

El auge y caída de la bolsa y el peso chilenos en ambas burbujas emergentes fue todavía mayor que el conjunto de los emergentes. Sin embargo, tras su espectacular derrumbe durante la segunda década del siglo, iniciado el 2011 y agudizado desde el 2018, en que ha perdido un 70 por ciento de su valor en dólares constantes y regresado a su valor de 1993, se ha reunido nuevamente a fines del 2020 con el conjunto de los mercados emergentes.

La evolución de la cuota AFP expresada en dólares constantes resulta ilustrativa de lo descrito, y desde su creación en 1981 ha rentado lo mismo que la bolsa chilena y el conjunto de los emergentes al igual que Wall Street.

Fin de Utopías

Superciclo Cobre y Oro

y complejo emergente, expresados como proporción de mercados desarrollados 

desde sima secular que coincide con creación del sistema AFP en 1981

El denominado “superciclo” del cobre y el resto de las materias primas y también el oro, reflejan con mucho mayor nitidez el comportamiento descrito respecto de los mercados desarrollados, es decir, oscilan cotidianamente como reflejo amplificado de éstos a resultas de lo cual resulta un comportamiento secular a contrafase.

El cobre y el oro caen sistemáticamente durante la recuperación secular de los mercados desarrollados, a lo largo de las décadas de 1980 y 1990, terminando el siglo XX en sus valores mínimos mientras los últimos tocan el cielo. Luego sus precios se elevan hasta alcanzar un máximo a fines de la primera década del siglo XXI, mientras los mercados desarrollados se derrumban. Finalmente, mientras éstos se recuperan hasta el 2018, el cobre y el oro vuelven a caer desde la segunda década.

Mercados desarrollados aparecen como línea horizontal porque son la base de comparación en este gráfico. En realidad su valor oscila hacia arriba y emergentes crecen más, según respectivos PIB, mientras oro y cobre mantienen su valor porque creciente escasez de yacimientos de alta calidad compensa aumento de productividad del trabajo para encontrarlos y extraerlos.

Ello se aprecia en gráfico siguiente en que mercados se expresan en base oro.

Fin de Utopías

Mercados mundiales

expresados en oro

desde sima secular que coincide con creación del sistema AFP en 1981

La evolución cíclica secular del dólar y cobre, mercados desarrollados y emergentes, y cuota AFP, se aprecia mejor expresada en oro. El metal conserva en buena medida su función de dinero puesto que, a diferencia de monedas, posee valor en sí mismo. Su costo de producción ha sido singularmente estable, al compensar los avances tecnológicos su creciente escasez.  

La estabilidad relativa del oro corrige la apreciación y devaluación  secular del dólar, la que se puede observar leyendo la cotización del metal en esa moneda al revés, como sugería la economía clásica. El dólar se apreció al triple relativo al oro, desde la sima, el punto más bajo, secular de 1981 a la cima, el punto más alto, del 2000, para caer a la quinta parte el 2011 y nuevamente el 2020.

Medidas en oro, las bolsas desarrolladas se elevaron 15 veces desde la sima de 1981 a la cima del 2000, Wall Street 17 veces, las emergentes 21 veces y la chilena 31 veces. En la presuntiva sima secular del 2011, dicha alza se había reducido a 1,86 veces en los mercados desarrollados, equivalente a 2,1 por ciento anual promedio, parecido al PIB.   La excepción es Wall Street, que desde 2013 se comporta como mercado emergente.

Entre la sima de 1981 y la sima del ciclo siguiente en 2011, Wall Street creció a una tasa anual promedio de 4,41% medida en dólares, pero si se mide en oro, dicha tasa se reduce a 3% anual, parecido al PIB.

Desde su creación en 1981 hasta el 2022 La cuota AFP ha rentado del orden de 7% anual promedio si se mide en UF, lo que baja  a 5% si se mide en dólares ajustados por inflación, y baja al orden de 4% anual si se mide en oro. En el mismo período Wall Street ha crecido 6% en dólares y 5% en oro.

Los mercados emergentes han corregido buena parte de la burbuja que los afectó en las últimas tres décadas, regresando a su nivel de 1990. Sin embargo todavía están por encima de los desarrollados. Desde  la creación de estos índices hasta el 2021 han crecido a una tasa promedio de 3,6 por ciento anual, parecido al PIB emergente.

El cobre medido en oro,  sigue por debajo de su promedio de largo plazo a pesar de su repunte el 2021.  Es un precio relativamente estable que oscila en sincronía pero a contrafase del ciclo secular desarrollado.  Se eleva al doble del promedio cuando cada ciclo se derrumba de cima a sima, cae a la mitad del mismo en las décadas de recuperación y termina el ciclo en su promedio.

Las mediciones de largo plazo en dólares se distorsionan por la fuerte variación de la moneda estadounidense, la que se aprecia y deprecia siguiendo las oscilaciones del ciclo secular de las economías desarrolladas.

Fin de Utopías 

Wall Street y Dólar

medidos en oro

comparación últimos ciclos seculares 

a dos décadas de sus respectivos inicios en 1966 y 2000

Fin de Utopías 

Wall Street y Cobre

medidos en oro

comparación últimos ciclos seculares 

iniciados en 1966 y 2000

Comportamiento histórico evidencia  los siguientes fenómenos:

Gráfico 10 : Índice de valoración bursátil CAPE de Robert Shiller

Fin de Utopías 

Otras medidas del comportamiento bursátil

El gráfico 10 muestra el índice CAPE desarrollado por el premio Nobel Robert Shiller  (ver gráfico actualizado al día y cálculo para varios segmentos) muestra la relación del precio de las acciones en cada momento, comparada con un promedio móvil de las utilidades empresariales durante la década precedente. Es un buen indicador de la valoración accionaria, puesto que indica cuantos años de utilidades promedio permite pagar el valor de las acciones. 

El promedio de largo plazo de dicho índice es 17,0, es decir, el valor "normal" de las acciones representa poco más de 17 años de utilidades promedio de las respectivas empresas.

Las cimas de CAPE determinan los inicios de cada ciclo secular, junto a las simas respectivas, sirven para medir y comparar con precisión los rendimientos bursátiles de largo plazo. 

El mínimo histórico CAPE fue de 4,8 en 1920 y su máxímo 44,2 en diciembre de 1999, al fin del siglo XX.

Shiller CAPE, ver más

La valorización bursátil guarda necesariamente una relación con las economías subyacentes, por lo cual la comparación de la valorización total de las mismas (market cap), por una parte con las utilidades generadas por las empresas respectivas y por otra con su respectivo producto interno bruto (PIB), son quizás las mejores maneras de comprobar si las bolsas están experimentando una burbuja. Ello se verifica cuando la valorización bursátil excede significativamente a las utilidades de las empresas o al PIB. Ambas comparaciones, actualizadas, se pueden apreciar, por ejemplo, en el sitio www.gurufocus.com.  

El índice Shiller--CAPE índice ha mostrado ser asimismo un indicador muy preciso del comportamiento de los ciclos seculares, alcanzando sus valores más elevados justo antes del inicio de éstos y sus mínimos cuando tocan fondo.

Se puede apreciar que en el curso de la presente crisis secular, el índice Case-Shiller ha estado muy lejos de los mínimos alcanzados en los ciclos seculares iniciados en 1929 y 1969. En esas ocasiones topó fondo en valores del orden de seis, es decir, cuando los precios de las acciones equivalían a seis años de utilidades promedio. En el ciclo secular actual, en cambio, el índice Case-Shiller alcanzó su punto más bajo en marzo del 2009, con un valor de 13,3. A octubre del 2015, su valor es 28,1, significativamente por encima de su promedio de largo plazo. De hecho, el múltiplo actual es el tercero más elevado de la historia, siendo sólo superado por los de 1929 (32,6) y 1999 (44,2) y similar a los que se alcanzaron a principios de esos años.

La capitalización bursátil actual de la economía de los EE.UU. equivale al 126 por ciento del PIB respectivo, muy cerca de su valor máximo previo al estallido de la burbuja "punto.com" el año 2000, cuando llegó a 149 por ciento del mismo. 

La situación anterior hace suponer que el ciclo secular en curso puede no haber topado fondo todavía, en l que se refiere a la valorización de los principales mercados financieros.