La Nueva Constitución deberá garantizar la propiedad efectiva del Estado sobre la totalidad de la renta económica, es decir, aquella que excede la ganancia media general del capital que se considera normal para las actividades comerciales que operan en mercados competitivos, y que se origina en la escasez de determinados factores productivos, relativa a aquellos otros de inferior calidad que determinan los precios en los mercados locales o mundiales respectivos.
La nueva constitución debe ajustarse estrictamente al sano principio establecido por la nacionalización de 1971, que se mantiene sin cambios en el artículo 19, número 24, inciso sexto de la actual constitución.
Desde el punto de vista económico, social, político, e histórico, no existe cambio constitucional más relevante que éste para el Chile y su pueblo.
Restablecerá en el país las sanas bases del moderno régimen de producción. Terminará con la hegemonía de los grandes rentistas en la élite. Sentará así las bases para la democratización auténtica del país.
Nuestro país ha demostrado a lo largo de un siglo que el empuje de las periódicas irrupciones poderosas de su pueblo en la vida política ha logrado casi siempre ser canalizado por un sistema político que ha mostrado flexibilidad y experiencia para forjar las grandes coaliciones que en cada momento han logrado realizar las transformaciones necesarias.
GMT20210121-213801_Escuela-de_1920x1080.mp4
Escuela de Verano CENDA 2021
Participación de Pueblos Originarios en Nueva Constitución