Afiliados, cotizantes y población por edad

Los afiliados activos al sistema de pensiones, es decir, todos aquellos que han cotizado al menos una vez y no han fallecido o jubilado por cualquier concepto, se vienen constituyendo en un verdadero censo mensual de la población en edad de trabajar (PET).

En efecto, como se muestra en el gráfico de la izquierda, la tasa de afiliación ha venido creciendo rápidamente, desde un 30 por ciento de la PET en 1985, a un 67,5 por ciento de la PET en 1985 y hasta un 81 por ciento de la PET en diciembre del año 2013.

Si se aprecian las tasas de afiliación por edad se puede observar que, al año 2013, la tasa de afiliación de los menores de 20 años ya alcanza más de un 32 por ciento, cifra que sube a un 80 por ciento para aquellos entre 20 y 25 años de edad, a más de 85 por ciento para los que están entre 25 y 30 años de edad y a más de 95 por ciento en las personas entre 30 y 35 años.

La tasa de afiliación alcanza a un 98,5 por ciento de cohorte que ese año tenía entre 35 y 40 años de edad. Es decir, prácticamente todas las personas vivas de ese tramo de edad estaban registrados como afiliados al sistema previsional. Ello evidentemente se verifica tanto en hombres como en mujeres.

Esas personas continuarán registradas como afiliadas al sistema previsional hasta que se pensionen por cualquier concepto, o fallezcan. Exceptuando las pensiones anticipadas que permitió el sistema de AFP, la única causales de pensión de afiliados en edad activa es la invalidez, la que no afecta de modo significativo el número de afiliados, puesto que la probabilidad de este suceso es del orden de uno por mil al año.

En el caso de fallecimiento, su deceso se descontará asimismo de la PET, por lo cual esta proporción no se afectará en el conjunto.

De este modo, la tasa de afiliación de las personas que al año 2013 tenían entre 35 y 40 años se mantendrá en esos niveles de cobertura total hasta que alcancen la edad de retiro en un par de décadas. Si se asume que la estructura de tasas en las cohortes de menos de 35 años vigente al año 2013 se mantiene hacia el futuro, la tasa de afiliación total converge rápidamente al 90 por ciento de la población en edad de trabajar. Es decir, la revisión mensual de las cuentas de los afiliados al sistema previsional constituyen un censo de la población en edad de trabajar (PET), identificados cada uno de ellos por RUT, nombre y apellido.

Si bien las tasas de afiliación han venido subiendo rápidamente en todos los tramos de edad, se aprecia que la misma ha disminuido en determinados períodos de recesión como el experimentado entre los años 1997 y 2003, pero sólo en las cohortes de menos de 25 años. Estas bajas son transitorias y se recuperaron luego para alcanzar coberturas superiores en todos los casos.

En la cohorte de 25 a 30 años se aprecia una cierta estabilización en la tasa de afiliación desde el año 2003, en niveles de 85 por ciento de la PET. Ello podría deberse a una proporción mayor de los jóvenes de esa edad han prolongado su período de estudios terciarios.

De este modo, la tasa de afiliación total ha crecido todos los años fuertemente, con la única excepción del año 2002 en que experimentó una leve baja debida a una menor afiliación de jóvenes por la situación recesiva.

Se estima que el año 2025, la tasa de afiliación total alcanzará su tasa estable del orden de 90 por ciento de la PET, cuando se acerque a su edad de retiro la cohorte que actualmente tiene entre 30 y 35 años de edad y cuya cobertura es de 98,5 por ciento de la PET.

Los afiliados al sistema previsional han alcanzado un total de 9.525.048 millones de personas al diciembre del año 2013, de los cuales 5.107.568 son hombres y 4.417.480 son mujeres.

Como se ha visto, ellos constituyen un 81 por ciento de la población en edad de trabajar (PET) ese mismo año, considerando como tales a los mayores de 15 años que no han cumplido su edad legal de retiro.

Por otra parte, los afiliados sumaban alrededor de 1,1 millón de personas más que la fuerza de trabajo activa estimada por el INE, que en el trimestre octubre-diciembre del año 2013 alcanzaba a 8,378.870 personas. Esa diferencia son casi exclusivamente mujeres.

En efecto, el número de afiliados hombres excede en sólo 3,3 por ciento a la fuerza de trabajo masculina estimada por el INE, que alcanzaba en ese momento a 4.943.940 personas. Sin embargo, el número de afiliados mujeres excede en 29 por ciento la fuerza de trabajo femenina, que el INE estimaba para ese mes en 3.434.920 personas. Es decir, mientras el número de afiliados hombres excede la fuerza de trabajo masculina en 157.000 personas, dicha diferencia sube a 983 mil mujeres en el caso de la fuerza de trabajo femenina.

Lo anterior significa que muchas más mujeres que hombres responden negativamente a la pregunta si está buscando que lo que ocurre en el caso de los hombres. Sin embargo, la abrumadora mayoría de los afiliados, tanto hombres como mujeres, han cotizado recientemente. el 84 por ciento ha cotizado en los últimos cinco años, cifra que se eleva por encima del 90 por ciento en el caso de los hombres.

Lo anterior significa que los afiliados entran y salen constantemente de la fuerza de trabajo, especialmente en el caso de las afiliadas mujeres, casi un tercio de las cuales se encuentra en un momento dado sin buscar trabajo.

Como se aprecia en el gráfico de la izquierda, las cohortes quinquenales de afiliados entre 20 y 50 años se han estabilizado en alrededor de 1,2 millones por quinquenio, lo que arroja cohortes anuales del orden de 250.000 personas. Ese el orden de magnitud del número de personas que alcanzará anualmente la edad de retiro al cabo de un par de décadas.

Lo anterior se confirma en el gráfico de la izquierda, que muestra la evolución los porcentajes del total de afiliados que corresponden a cada cohorte de edad. se puede apreciar que inicialmente la mayoría de los afiliados pertenecían a las chorotes de menos de 30 años de edad, mientras que en la actualidad el porcentaje es bastante homogeneo para las cohortes entre 25 y 55 años de edad,

Si las estadísticas de afiliados al sistema previsional constituyen un censo mensual de la población económicamente activa, los cotizantes del mismo constituyen un censo mensual de los trabajadores con contratos formales, la abrumadora mayoría de los cuales trabaja en empresas privadas.

Los 5.339.165 cotizantes totales de diciembre del año 2013 difieren en sólo un 4 por ciento de los 5.554.170 trabajadores asalariados estimados por el INE para ese mismo mes.

Esta estadística resulta extraordinariamente importante, puesto que el trabajo de estas personas es el que genera el grueso del producto interno bruto (PIB) del país. De este modo, su evolución mensual guarda una correlación muy estrecha, superior al 99 por ciento a nivel mensual, con el índice Mensual de Actividad Económica, IMACEC publicado por el Banco Central, que mide la evolución mensual del PIB.

Los cotizantes no constituyen un conjunto estable, ni mucho menos. Muy por el contrario, las personas que lo componen este conjunto cambian mes a mes, a medida que entran y salen de trabajos asalariados formales que son muy precarios. De este modo, los 5.339.165 cotizantes de diciembre del año 2013, representaron sólo un 56,1 por ciento de los afiliados de ese mes. Sin embargo, las estadísticas de afiliados muestran que el 84 por ciento de los afiliados cotizó en el curso de los últimos cinco años.

Esta aparente contradicción se explica porque la distribución de densidad de cotizaciones muestra que dos tercios de los afiliados cotizan en promedio un mes de cada dos, la mitad cotiza un mes de cada tres y un tercio de los afiliados cotiza en promedio un mes de cada cinco. En cambio, menos de un décimo de los afiliados cotiza con regularidad todos los meses.

Las estadísticas de cotizantes distinguen entre aquellos afiliados activos que cotizaron por las remuneraciones percibidas el mes precedente, denominados "cotizantes del mes", de los cotizantes totales, que incluyen a los afiliados activos que ese mismo mes cotizaron por remuneraciones de meses anteriores, los que no han sido todavía plenamente identificados, que se denominan rezagos, los cotizantes pasivos y voluntarios.

El gráfico de la izquierda muestra la evolución del número de cotizantes del mes distribuidos por edad entre los años 1985 y 2013, incluyendo adicionalmente los cotizantes de meses anteriores, rezagos, pasivos y voluntarios, para mostrar los cotizantes totales de cada mes.

Los cotizantes totales expresados como proporción de los afiliados activos, fracción que se puede definir como "tasa de formalidad", ha variado significativamente a lo largo de la historia del sistema de AFP.

Inicialmente las tasas de formalidad fueron muy elevadas, alcanzando cifras cercanas al 70 por ciento de los afiliados, puesto que las personas que inicialmente se cambiaron al sistema de AFP tenían empleos relativamente estables. Posteriormente, al masificarse la afiliación, la tasa de formalidad desciende a poco más del 50 por ciento de los afiliados, a mediados de la década del 2000, para luego recuperarse sostenidamente hasta alcanzar un 56,1 por ciento el año 2013.

La diferencia entre los cotizantes del mes y los cotizantes totales, expresada como porcentaje de los afiliados, ha ido disminuyendo sostenidamente, desde más de 10 por ciento de los afiliados en la década de 1980, hasta un 3 por ciento de los mismos el año 2013.

Las mujeres vienen aumentando rápidamente su incorporación al mercado del trabajo. Como se aprecia en el gráfico de la izquierda, a principios de la década de 1990 representaban la mitad de los cotizantes varones del mes, proporción que ha subido a más de dos tercios de éstos al año 2013.

Sus remuneraciones vienen asimismo elevándose desde un 76 por ciento de ;as de los hombres en el año 1993, a un 83 por ciento de los mismos en el año 2013. En el intertanto, esta proporción alcanzó una cima de 88 por ciento, antes de caer levemente tras la crisis del año 2007.

La tasa de formalidad es significativamente superior para los hombres que para las mujeres. Sin embargo, éstas vienen subiendo aceleradamente su participación en el mercado laboral. Ello se aprecia en el gráfico de la izquierda, que muestra la tasa de formalidad restringida (cotizantes mes / afiliados) y completa (cotizantes totales / PET). Dado que no hay series estadísticas publicadas de cotizantes totales por sexo, esta última ha sido estimada amplificando la tasa de formalidad restringida por la razón [cotizantes totales / cotizantes del mes], disponible para cada año.

La tasa de formalidad varía significativamente por edades. El porcentaje de afiliados que cotiza tiende a ser mayor en las cohortes de 25 a 40 años de edad, para luego bajar gradualmente. En las cohortes menores de 25 años la tasa de formalidad es asimismo más reducida.

Ello se puede apreciar en el gráfico de la izquierda, que muestra aproximadamente las tasas totales sobre los afiliados para las distintas cohortes de edad. Dicha aproximación se ha construido amplificando la tasa de cotización restringida, es decir el número de cotizantes del mes dividido por los afiliados totales, que es la forma en que se publican las estadísticas, por el porcentaje en que cada año los cotizantes totales exceden los cotizantes del mes.

En los primeros años del sistema, cuando los cotizantes alcanzaban a cerca de un 70 por ciento de los afiliados, se apreciaba asimismo una menor reducción de esta tasa después de los 40 años, posiblemente por la costumbre de los afiliados que provenían del sistema de reparto de privilegiar las últimas cotizaciones, puesto que éstas determinan el monto de su pensión. Con el paso de los años, la tendencia a disminuir la tasa de cotizaciones a medida que avanza la edad se ha acentuado, lo cual no deja de reflejar un comportamiento racional, puesto que en el sistema de capitalización individual no existe un incentivo a cotizar en los últimos años.

Las cotizaciones que determinan el monto de la pensión en este sistema son las de los primeros años, puesto que sólo éstas se capitalizan a lo largo de muchos años en el fondo de pensiones. Las últimas cotizaciones son casi irrelevantes, en cambio, puesto que no aportan una fracción de la capitalización del conjunto del fondo.

Cabe concluir, por lo tanto, que al reintroducir un esquema de reparto, que relacione en mayor medida el monto de las pensiones con las últimas cotizaciones, la tasa de formalidad debería subir considerablemente en los afiliados de mayor edad, elevando de este modo el promedio.

Se puede apreciar que las tasas de formalidad en las cohortes de edades entre 25 y 40 años son actualmente bastante elevadas, alcanzando un promedio superior al 60 por ciento el año 2013. En todas las demás cohortes, asimismo, el número de cotizantes totales supera el 50 por ciento de los afiliados, con la excepción de los menores de 20 años y los mayores de 65 años, tramos en los cuales la tasa de formalidad baja al 40 por ciento y al 15 por ciento, respectivamente.

Afiliados, cotizantes y población por edad